Amargura
Mis ojos fijado el alborear
Sin dormir toda la noche sin soñar
Hasta que llego la madrugada
Mi cuerpo perdió el sabor el descanso
Perdido entre el dolor y la herida
Ya ni puedo crear...
Como fui ese día...
Cuando me encontré en un mercado
De la esclavitud vendido...
Del demonio de la miseria
Que mi pinto de negro
Y mi dejo sin valor cero
Inmigrante en la arena de exportación
En aquella patria...
De espada y cañón...
Sin hablar sin mirar...
Tengo que decir si ya darles la advocación
Y bajo sus órdenes solo tengo...
Que demostrar la devoción
Así es la posición...
Delante del amo... y el dueño
En lugares que todavía el ser humano
Es explotación e importación
No vale nada...
Solo un golpe de espada...
Para que vea su cabeza degollada
Y muera en el silencio...
Inmenso miedo endémico el corazón
Por vivir ya no hay razón...
Hasta que se fundí la personalidad
Y se queda el alma atada
En la pura oscuridad
Tanta crueldad...
Por dar de comer a un pueblo...
Que sufro días de quemaduras y balas
Intento salvarse a la otra orilla...
Donde hay todavía...
Ese olor de humanidad
Ay como se siente esa madre
Que perdió el hijo en el mar
Ahogado presa a los tiburones
Y nadie hará caso...
A las amargas lagrimas...
Ni ningún abrazo tiene la bendición
De cogerla y darla la condolencia
Como se es una más en esta patria
Vaya hipocresía…
Cuando todos cantan la sinfonía
De derecho humano...
Y consignas de democracia
Sin dar ningún importancia...
Al que decir la lengua...
Y que estas escrito en la hoja
Solo saben construir de hierro la reja
Para que nadie queja...
O habla en lo que surja...
Para que el público que conseja
No sabrá nada ni fija
La otra cara de la verja
Que huele a sangre
autor Josef Nasím (c) libertades 2012
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