jueves, 14 de febrero de 2013


Amargura

Mis ojos fijado el alborear
Sin dormir toda la noche sin soñar
Hasta que llego la madrugada
Mi cuerpo perdió el sabor el descanso
Perdido entre el dolor y la herida
Ya ni puedo crear...

Como fue ese día...
Cuando me encontré en un mercado
De la esclavitud  vendido...
Del demonio de la miseria
Que me pinto de negro
Y mi dejo sin valor... cero

Inmigrante en la arena de exportación
En aquella patria...
De espada y cañón...
Sin hablar sin mirar...
Tengo que decir si ya darles la advocación
Y bajo sus órdenes solo tengo...
Que demostrar la devoción

Así es la posición...
Delante del amo... y el dueño
En lugares que todavía el ser humano
Es explotación e importación
No vale nada...
Solo un golpe de espada...
Para que vea su cabeza degollada
Y muera en el silencio...

Inmenso miedo endémico el corazón
Por vivir ya no hay razón...
Hasta que se fundí la personalidad
Y se queda el alma atada
En la pura oscuridad

Tanta crueldad...
Por dar de comer a un pueblo...
Que sufro días de quemaduras y balas
Intento salvarse a la otra orilla...
Donde hay todavía...
Ese olor de humanidad

¡Ay como se siente esa madre!
Que perdió el hijo en el mar
Ahogado presa a los tiburones
Y nadie hará caso...
A las amargas lagrimas...

Ni ningún abrazo tiene la bendición
De cogerla y darla la condolencia
Como se, es una más en esta patria
¡Vaya hipocresía!
Cuando todos cantan la sinfonía
De derecho humano...
Y consignas de democracia
Sin dar ningún importancia...
Al que decir la lengua...
Y que estas escrito en la hoja

Solo saben construir de hierro la reja
Para que nadie queja...
O habla en lo que surja...
Para que el público que conseja
No sabrá nada ni fija
La otra cara de la verja
Que huele a sangre

Autor Josef Nasím (c) Abrazo universal de la paz 2011

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